
Tejeda de Tiétar

Tejeda de Tiétar

Tejeda de Tiétar

40º01’05» N 5º52’03» O
446 msnm
52,83 km²
Nombre tradicional: Tejea
Topónimo extremeño: Tehea e Tietal
Gentilicio: Tejedano, -a (para Tejeda) y Matonero, -a (para Valdeíñigos)
Código postal: 10420
Localización
oña Gregoria Collado (notable escritora, inspectora y pedagoga extremeña) dice en sus últimos versos: “Tejeda, donde empieza de La Vera el primor”, por lo que se la conoce como “el umbral de La Vera”; se puede considerar como el primer pueblo de la Comarca.
Pertenece al Partido Judicial de Plasencia y cuenta con una pedanía: Valdeíñigos de Tiétar, un pueblo de colonización creado en los primeros años de la década de los 50 del siglo XX, esta situado a más de 240 metros de altura, cerca de Tejada de Tiétar. Se inició con 65 concesionarios y una superficie de 406 hectáreas. siendo reconocido como entidad local menor en el año 1958. En 1986 contaba con 353 habitantes. Cuenta con su propia iglesia parroquial católica bajo la advocación de la Inmaculada Concepción.
Al Norte se levanta la sierra del Piornal y el cerro Peñalba. Disfruta de un clima templado, y reinan los vientos del Norte y del Este. Su término se encuentra bañado por el río Tiétar, que forma su límite meridional, y por las gargantas de Gargüera, la de Pasarón y la de Tejeda, la cual viene de Arroyomolinos y continúa después de la Junta hasta el Pantano.
Limita con los municipios de Arroyomolinos de la Vera al Norte, Gargüera de la Vera al Oeste, Malpartida de Plasencia al Sur y Pasarón de la Vera al Este.
Cómo llegar
- Desde Cáceres y Salamanca, a través de la A-66 (vía de la Plata), hasta Plasencia y desde allí tomar la EX-203 dirección a La Vera.
- Desde Madrid y Badajoz, por la A-5 hasta Navalmoral de la Mata y después seguir por la EX-119 hacia Jaraíz de la Vera, siguiendo después por la EX-203 dirección Plasencia.
Historia
l nombre de Tejeda viene derivado del árbol del tejo, taxus en latín.
En el origen de los asentamientos en la zona donde actualmente está Tejeda existen restos de la época de los romanos que nos dan indicios de que ya había poblamientos más o menos estables. Próxima a la Villa se encuentra la dehesa Boyal, en donde se hallan los restos romanos; entre ellos una ara votiva del siglo II que actualmente puede contemplarse empotrada en el muro de la iglesia del pueblo, y que todo el mundo conoce como “La Muerte Pelona”.
La situación de dependencia político-administrativa, con respecto a Plasencia, a que van a ser sometidas todas las aldeas que se irán creando en la Comarca, lo mismo que las ya existentes, no cambiará hasta que se manifiesten violentamente los primeros conflictos entre el rey y la nobleza en la época de Sancho IV y sus descendientes. Esta dependencia será completada en el terreno religioso con la creación de un nuevo Obispado en Plasencia unos años más tarde (en 1189) con lo que toda la posterior evolución de La Vera estará fuertemente vinculada a la de aquella ciudad.
A pesar de estos intentos, la ciudad de Plasencia conservará su sede episcopal, desligándose por completo de los obispados castellanos, pasando a ser sufragánea del arzobispado de Santiago, pues su creación se debió fundamentalmente a motivos políticos, como el contar con la segura colaboración de la ciudad en las futuras campañas militares y hacer de ella un poderoso reducto directamente vinculado a la corona, frente a las extensas áreas controladas por las órdenes militares.
Por lo que respecta al asentamiento repoblador, lo más probable es que fuera llevada a cabo por leoneses, pues un elevado número de características locales: peculiaridades lingüísticas, folclore popular, tipos de vivienda rural, responden más a influencias asturiano-leonesas que castellanas.
En consecuencia, se estableció un régimen de propiedad rural caracterizado por la división de la tierra en pequeños lotes y su posesión por pequeños propietarios agrícolas, completado con el disfrute de los bosques y pastos comunales, situación que no cambiará prácticamente hasta fecha muy avanzada y que básicamente sigue siendo igual en nuestros días.
A fines del siglo XIII tendrá lugar el primer cambio de importancia en la Comarca, a consecuencia de un proceso histórico común a muchos lugares del reino de Castilla, cambio que supondrá la implantación del régimen señorial en varios centros de La Vera. Los conflictos que van a enfrentar seriamente a la nobleza con la monarquía darán comienzo en el reinado de Alfonso X, con motivo de las luchas sucesorias entre su hijo Sancho IV y su nieto el Infante Don Fernando de la Cerda, hijo natural de su primogénito ya difunto. En este ambiente de inseguridad y violencia, se iniciará una práctica, poco importante al principio, pero de graves consecuencias en el siglo siguiente, tendente a conseguir el favor de los grandes linajes y poderosos funcionarios mediante la enajenación de parte del patrimonio real. Esta práctica será aplicada en la Comarca ya desde los primeros momentos de producirse.
Entre 1284 y 1295 el rey Sancho IV concedió el lugar de Valverde y sus aldeas (Madrigal, Talaveruela, Viandar y Villanueva) al canciller de la Reina y abad de Santander, don Nuño Pérez de Monroy. La concesión será definitiva, pues la irán confirmando los monarcas sucesivos: Fernando IV en 1309 al mismo abad, a su hermano Fernán Pérez de Monroy el rey Alfonso XI el 28 de setiembre de 1340 y este mismo monarca a su hijo Fernán Pérez de Monroy II en 1344.
Este suceso no será único, pues durante el siglo XIV verán la luz dos nuevos estados señoriales dentro del ámbito jurisdiccional de la ciudad de Plasencia, el primero de los cuales afectó a los lugares de Pasarón, Torremenga y Garganta la Olla, y el segundo a Jarandilla y su anejo el Guijo de Jarandilla (posteriormente llamado de Santa Bárbara).
Durante el siglo XV, la comarca conocerá un desarrollo importante, puesto de manifiesto por la evolución demográfica y la destacada actividad arquitectónica que hubo en algunos centros. Las aldeas restantes Barrado, Collado y Tejeda probablemente debieron poblarse durante el siglo XV, a no ser que no pertenecieran al Sexmo de La Vera. En todo caso su colonización debió ser muy reciente pues son las que menor vecindario tenían a fines de dicho siglo.
En el siglo XVI, se mantendrá la bonanza en la vida de los pueblos de La Vera debido a la política unificadora de los Reyes Católicos, y a la retirada de Carlos I al Monasterio de Yuste, acontecimiento que influyó en la vida local de la Comarca. En el lugar de Cuacos, sus testamentarios Luis Quijada, Fr. Juan de Regla y Martín de Gaztelu, fundarán un depósito o alhóndiga de trigo para los pobres de la localidad el día 31 de diciembre de 1558 y dio a la comarca un motivo para ser visitada.
El siglo XVII, no fue bueno para La Vera, la necesidad de dinero de gran número de los vecinos de la comarca, les obligan a tomar cantidades a préstamo, hipotecando sus bienes raíces, manifiesta con gran claridad la crisis producida bajo los últimos Austria, que se había gestado a lo largo del reinado de Felipe II a causa de su política exterior, pero sobre todo por la caótica situación económico-social del país. Esto da lugar a la paralización total de las construcciones de nueva planta en la comarca, y a partir de entonces sólo se acometerán trabajos de reparación y conservación de los templos existentes. Ambos fenómenos, el progresivo empobrecimiento del campesinado y la inexistencia de obras de nueva planta, reflejan a escala comarcal la profunda decadencia del país, presente en casi todas las actividades humanas de la época, y se patentiza de manera clara en las Estadísticas de Población.
El 28 de abril de 1656 Felipe IV vendió esta villa a la condesa de la Roca y vizcondesa de sierra Brava, doña Catalina Antonia de Vera y Tovar. Con esta venta Texeda adquiere el privilegio de Villazgo; para mostrar su poder de Jurisdicción Propia manda poner picota, cárcel, y las demás insignias de jurisdicción. Antes de morir el 12 de septiembre de 1685, doña Catalina Antonia liberó a la localidad de todo señorío y vasallaje, gesto que está grabado en piedra en el Ayuntamiento de Tejeda.
La crisis del siglo XVII significará la paralización total del movimiento ascendente que arrancaba desde el siglo XIV y lo que es más grave, el estancamiento demográfico y económico. A partir de entonces la Comarca decaerá rápidamente y no volverá a alcanzar las cotas de desarrollo conseguidas durante el XVI.
En el año 1809 el día de San Juan (24 de junio), los franceses hicieron su entrada en el pueblo, momento en que el pueblo huyó al monte. Los franceses estuvieron por estas tierras con entradas y salidas hasta el mes de diciembre.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, entonces conocido como Tejeda. Desde 1834 quedó integrado en el Partido Judicial de Plasencia. En el censo de 1842 contaba con 85 hogares y 466 vecinos.
El 2 de Julio de 1916 en la Gaceta de Madrid aparece un Real Decreto aprobando la reforma propuesta por la Real Sociedad Geográfica cambiando la denominación de algunos pueblos de España para evitar, según ellos, «la extraordinaria y lamentable confusión» con otras localidades del mismo nombre. Y de esta manera es publicado: «Tejeda, partido de Plasencia, se llamará Tejeda de Tiétar».
En la actualidad es Ayuntamiento de la Provincia de Cáceres, Partido de Plasencia y de la Audiencia Territorial de Cáceres, en lo eclesiástico la parroquia de San Miguel Arcángel, del Arciprestazgo de Jaraíz de la Vera, Diócesis de Plasencia y Archidiócesis de Mérida-Badajoz.
Monumentos y lugares de interés
Iglesias y ermitas
- Iglesia de San Miguel Arcángel. Declarado Monumento Histórico‑Artístico el 13 de diciembre de 1979, es una «joya real”, como canta la “Jotilla de Tejeda”.Concluida en 1543, la fábrica del templo fue realizada bajo los auspicios del obispo placentino don Gutierre de Vargas Carvajal cuyo escudo de armas se encuentra esculpido y policromado en la gran nave central de la bóveda de crucería que cubre la capilla mayor; y más completo se puede observar en la cenefa de los lienzos que decoran la parte superior de las paredes de la iglesia. Dividido en dos mitades, figuran unas ondas del linaje Vargas en la parte izquierda y la banda de Carvajal en la derecha, estos a su vez figuran en el escudo municipal.Levantada en mampostería, utilizando sillería granítica en las portadas, contrafuertes, esquinas y también en los pilares y arquerías del interior. La iglesia se construyó sobre los muros existentes del templo primitivo que data aproximadamente del siglo XIV, como puede apreciarse en el muro occidental, por encima del rosetón: por la diferencia de mampostería. También en la torre se observa un segundo cuerpo de ladrillo, posterior al resto de la fábrica, construida de piedra y donde se perciben tres vanos cegados que originariamente alojaron las campanas.
Al interior presenta planta de una sola nave de 35 metros de largo por 11 metros de ancho. Con dos cuerpos, la cabecera o ábside con bóveda y nervaduras de cantería, y separando por arco toral, realizado en sillería, al segundo cuerpo formado por cinco tramos, divididos por cuatro arcos ojivales que sostienen el artesonado de madera de la techumbre con cubierta a dos aguas.
El ábside poligonal de cinco lados, aloja la capilla mayor y se separa del resto de la nave por medio de un arco triunfal, de medio punto. Además de los esgrafiados de sus muros, es de especial importancia el retablo mayor de estilo plateresco, concluido en 1586, de cinco órdenes: tres de imaginería y dos de tableros de pincel, es uno de los mejores de su estilo en Extremadura.
Los autores de las tallas fueron los entalladores placentinos Francisco y Baltasar García, sobresaliendo en el recuadro central la imagen de San Miguel venciendo al demonio, por encima se encuentra la imagen de la Virgen del Niño.
De las seis tablas pintadas al óleo que se enmarcan en las calles laterales. El pintor de Plasencia Antonio Pérez de Cervera, hermano de Diego Pérez, pintó la tabla de San Miguel con los ángeles rebeldes, y puede que también los otros cinco cuadros. Estos dos hermanos y el célebre Luis de Morales fueron los autores de las tablas del retablo mayor de San Martín de Plasencia.
La mesa del altar contiene en su frontal una interesante cerámica de azulejos talaveranos del siglo XVII.
Al exterior, destaca su aspecto robusto con sus altos muros, los contrafuertes que marcan al exterior los arcos ojivales que sostienen el artesonado y el original rosetón con una estrella de cinco puntas formado por tracerías de piedra que se sitúa a los pies.
En la fachada sur hay una ara votiva de origen romano conocida popularmente como “La Muerte Pelona”; se halla incrustada en la pared sur de la Iglesia y que posee la siguiente inscripción: “Votvm fecit libe (nier) Selais Duillos Ivlive” (Julio hizo un voto libremente a las Selais Duillas), y en la cara norte una deidad del siglo VIII a. C.
El acceso se realiza a través de dos vanos, el situado en el costado de la epístola consta de un arco de medio punto de cantería protegido por un pequeño atrio, protegido por un tejaroz apoyado sobre una columna, el otro acceso se sitúa a los pies y consiste en un arco de medio punto similar al anterior.
La torre campanario se encuentra adosada a los pies y en el lado del Evangelio. Cuenta con dos cuerpos y un gran pináculo que la corona. El primer cuerpo sobrio presenta al exterior y a los pies el acceso a la torre, que se realiza mediante un tramo de escalera exterior y un vano de acceso al interior. El segundo cuerpo aloja las campanas.
Además de las imágenes descritas anteriormente, este templo guarda un preciado tesoro: una pequeña talla de 60 cm de influencia románica, procedente de una vieja ermita, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Torre, que según el profesor Domingo Montero Aparicio «podemos considerarla como una de las mejores obras de su género en la región extremeña y, desde luego, la más antigua escultura exenta de la comarca de la Vera”.
Policromada en oro, de la Virgen María con el Niño, aparece en posición sedente sobre un pequeño escabel sin respaldo: la mano izquierda de la Virgen sujeta fuertemente al Niño por el brazo y se apoya en la rodilla izquierda de su Madre; la otra mano de la Virgen lleva una manzana roja. La corona nos recuerda el arte de orfebrería visigótico. Los escasos pliegues de la túnica y del manto caen rígidos y nada airosos, característica propia de las esculturas románicas; lo mismo que la expresión de la Virgen con los ojos muy saltones, y la mirada perdida a lo lejos.
Los orígenes de la imagen no son conocidos, no obstante se puede fechar la misma entre los siglos XIII y principios del XIV, aunque la corona puede remontarnos a fechas anteriores. Es sin duda la imagen de estilo románico una de las mejores obras de su género en la región extremeña y la más antigua de la comarca de la Vera.
Esta imagen fue restaurada en el año 1989 en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla por el catedrático de restauración D. Francisco Arquillo Torres, que anteriormente había restaurado la Virgen de Guadalupe y La Macarena entre las tallas más conocidas. En su opinión se trata de una de las imágenes, más valiosa y que mejor conserva su primera policromía, en la restauración descubrió que el rostro de la Virgen era moreno pero que había conservado la policromía actual.
- Ermita del Santísimo Cristo de la Expiración. Data del siglo XVII y se encuentra en la parte más baja de la Villa, junto al antiguo camino del pueblo, hoy carretera de Pasarón. Este Cristo, cuando la sequía azota los campos, es sacado en procesión.
- Ermita de San Sebastián. Construida en el siglo XVII. Se encuentra a la entrada de la Villa. Su fiesta se celebra el 20 de enero. Frente a la ermita se alza un crucero de estilo plateresco que data del siglo XVI.
- Ermita de Nuestra Señora de la Torre. De reciente construcción. Está ubicada en la Dehesa Boyal.
Otros monumentos
- Plaza Mayor. Se halla presidida por el edificio del Ayuntamiento, construido en el siglo XVIII. En el dintel de la puerta de entrada al ayuntamiento se han redescubierto recientemente las letras que permanecían grabadas en la piedra. La primera letra que vemos es una “S” y formará palabra con la vocal “E” que debe encontrarse encalada a la izquierda; este vocablo anuncia a los vecinos y, sobre todo, a los forasteros lo que «ES” el edificio que tienen delante. Como si se tratara de dos puntos, el cantero ha grabado una cruz de Malta (o de Santiago). Sigue una palabra con significado casi desconocido: “POSITO”.Un pósito es una institución de carácter municipal, de origen medieval. Se sabe que el Cardenal Cisneros fundó algunos, y que la primera legislación completa sobre ellos data de tiempos de Felipe II (1584). Eran los pósitos unos graneros, especialmente de trigo, con el objeto de abastecer de pan al público en las épocas de carestía, y para prestar el grano a los labradores tanto para la siembra como para el consumo en los meses de mayor escasez, librándolos así de caer en la guerra de la usura. Era un medio eficaz para precaverse contra las malas cosechas, el acaparamiento y los altos precios.“…En este pueblo hay un pósito y sus fondos ascienden en el presente año a doscientas cuarenta y ocho fanegas, once celemines y un cuartillo de trigo las cuales se hallan repartidas a labradores para sembrar y cinco mil noventa y ocho reales en dinero con los cuales se compra trigo para amasar y surtir de pan el pueblo…”. Cita de un manuscrito sobre Tejeda de 1791.
Vemos que el pósito cumple la doble finalidad expuesta: el de hacer préstamos y atender al panadeo. Tejeda poseía hasta hace poco la merecida fama de producir trigo en abundancia para abastecer a propios que amasaban el pan para varios días en sus mismas casas, y surtir a otros pueblos de La Vera.
La conjunción “Y” indica que allí además se administraban las casas que pertenecían al Ayuntamiento. Estas casas a las que se refiere la inscripción, los estudios suponen que se tratarían, además del propio Ayuntamiento, de «una casa fragua, matadero y corral de concejo» (aún se mantiene el Corral‑Concejo), como dice un manuscrito fechado en la Villa de Tejeda a trece días del mes de febrero del año de mil setecientos cincuenta y tres (1753).
La fecha marcada «AÑO DE (letras enlazadas) 1786” es un dato que no se ha podido estudiar, aunque lo más normal es que se trate del año de la construcción del edificio; justamente era la época de mayor auge de los pósitos, que se sitúa en la segunda mitad del siglo XVIII. Pero puede también que por aquella fecha se ampliara y reconstruyera el viejo Ayuntamiento; los historiadores se aventuran a confirmar esto basándose en el año grabado en otra piedra colocada en el rellano que hacen los peldaños que suben hacia la puerta, marca la fecha del «AÑO DE 1756 o 1736”, piedra que sería el dintel del ventanuco del calabozo que fuera de un primitivo Ayuntamiento; es suficiente observar los tres huecos dejados por los barrotes, en la cara interior de la piedra.
- La Picota. Conocida popularmente por “La Micaela”, debido a una derivación femenina del nombre latino Michael, que significa Miguel, patrón del pueblo. Destruida en 1925 durante la dictadura de Primo de Rivera, ha sido recuperada recientemente.
Lugares de interés
- Dehesa Boyal. La formación vegetal autóctona es mixta, con un bosque representado por la encina, el roble y el alcornoque principalmente, junto a otras especies que componen el matorral, como la jara y el cantueso. La fauna es la característica de la dehesa, en la que podemos encontrar tórtolas, perdices y conejos, entre otras especies.
- Chorrera de Matagarcía. Caída de agua que podemos encontrar en la garganta del Obispo o de Gargüera. Existe una ruta de senderismo hasta esa chorrera que dista unos 5 Km del municipio, siendo las épocas más recomendables para conocerla la primavera, el otoño y el invierno.
Cultura
Heráldica
El escudo de la Villa condensa en los símbolos que contiene la Historia del pueblo:
En el mantel inferior se representa un tejo, en latín “taxus”, árbol sagrado de los Celtas, de hoja perenne, de donde deriva la etimología del nombre Tejeda, como señala Joan Corominas en su Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua Castellana.
Esta remota procedencia es avalada por los restos arqueológicos encontrados en las proximidades de la Villa, por lo que podemos deducir que en las cercanías hubo un asentamiento romanizado, todavía sin localizar. Prueba fehaciente de esta conclusión es la lápida de piedra granítica de 87 cm de alta por 38 cm de ancha que se halla empotrada en el muro sur de la iglesia. Se trata de un ara votiva dedicada en honor de las divinidades, según José María Domínguez, Selais Duillas, diosas protectoras de la vegetación; aproximadamente se puede fechar en el siglo II. Los niños de muchas generaciones, hasta hace bien poco, la apedreaban y orinaban, como si se tratara de un rito, tradición inculcada por los antepasados ante todo lo que significara paganismo, y para mayor mofa lleva el mote despectivo de «La Muerte Pelona». La figura antropomorfa que se ha grabado en la piedra representa, según las últimas investigaciones del historiador José María Domínguez, un danzante tocado con una especie de ros, sombrero de picos o montera; parece adivinarse los brazos que sujetan con sus manos dos palos, y viste una falda, o enagüillas, que llega hasta las rodillas, fuertemente almidonada para que el vuelo sea más amplio, y sus piernas ligeramente curvadas, distinguiéndose claramente los pies descalzos que bailan de puntillas, lo que nos hace interpretar como el ejecutor de una danza de paloteo y, por consiguiente, es la primera representación de este tipo que conocemos.
Otro grabado rupestre se halla en la parte baja, junto al ábside que, según el autor mencionado, la figura presenta el perfil de un diábolo, grabado esquemático de una figura humana femenina, que cabe datarse como de la Edad del Bronce Final, es decir, de una fecha que ronda en torno al siglo VIII antes de Cristo.
También en las caras norte y sur de la iglesia se observan en la parte alta sendos fragmentos de mármol blanco, decorados con una orla de ovas y contarios, de origen romano.
Además, se han recogido en la dehesa Boyal trozos de cerámica, “tégulas” (tejas), molinos de mano incompletos, piedras con inscripciones, como la losa encontrada por Marcos Manzano, de carácter funerario, grabada a finales del siglo II o principios del III, y se sabe de alguna tumba excavada en la roca. Todos estos hallazgos nos muestran la existencia de alguna villa romana en las proximidades del pueblo.
En el mantel derecho del escudo se ha representado en campo de oro una banda de sable, que son las armas de don Gutierre de Carvajal, Obispo de Plasencia.
El gesto de liberación de todo señorío y vasallaje que otorgó Doña Catalina Antonia de Vera y Tovar a Tejeda, ha sido grabado en mármol en la Plaza Mayor por sus vasallos, cuando hace unos años se conmemoró el tercer centenario de la liberación de la Villa.
Otro hecho que es necesario reseñar para comprender la Historia de Tejeda tuvo lugar en el Parque de Monfragüe, único espacio natural protegido de Extremadura, en la pequeña ermita que se construyó al lado poniente del castillo. A los pies de la Virgen se conservan unos hermosos azulejos talaveranos que decoran el frontal del altar, y a ambos lados, en la parte inferior, figuran sendos medallones, y dentro una escritura de mayúsculas, enlazadas aquellas letras que tienen algún trazo común: en el letrero de la izquierda nos parece escuchar el clamor de nuestros antepasados que nos recuerdan “ESTE FRONTAL ICIERON DE LIMOSNAS”, y las últimas palabras que con orgullo y honor tatuaremos en lo mejor de nuestros cuerpos “LOS DEBOTOS DE LA BILLA DE TEIEDA ‑ 1685”.
El escudo municipal de Tejeda de Tiétar fue aprobado por el pleno del Ayuntamiento el 13 de febrero de 1987 y su descripción heráldica es la siguiente:
Escudo mantenado. Primero en campo de oro, una banda de sable. Segundo veros en ondas de plata y azur. Tercero el mantel de plata con un tejo de sinople terrasado de su color. Timbrado con corona real.
Fiestas
- San Sebastián, 20 de enero. La víspera salen los Mayordomos por las calles del pueblo, acompañados por el tamborilero para anunciar la fiesta. Al día siguiente se celebra la procesión y la Santa Misa en la ermita de San Sebastián en honor a dicho Santo. Al terminar, los Mayordomos invitan a todos los cofrades a tomar la perrunilla.
- Romería de la Virgen de la Torre, primer domingo de mayo. La ermita se encuentra situada en el paraje de la Dehesa Boyal. Celebra su romería en honor a la Virgen de la Torre, donde cientos de romeros acompañan a la imagen hasta su ermita. El coro canta la misa extremeña y se finaliza con el Himno a la Virgen. Al terminar la eucaristía, la hermandad ofrece un ponche y las típicas perrunillas de Tejeda.
- Feria de ganado, 25 de mayo y 20 de julio. Importantes ferias de ganado.
- Nuestra Señora de la Torre, 15 de agosto. Esta celebración, que cuenta con gran fervor popular, tiene su comienzo en la víspera con una animada verbena. Al alba suenan las campanas que llaman al Rosario de la Aurora que se canta por las calles del pueblo. Finaliza el rezo y se organiza la ronda hasta terminar con un desayuno de chocolate con churros, invitación de los Mayordomos. Cerca del mediodía se celebra la procesión, misa y ofertorio en honor de la Virgen.
- Santísimo Cristo de la Expiración, 14 de septiembre. Este Santo Cristo tiene muchos devotos. En los años de mucha sequía se le reza una novena para que traiga las lluvias, mientras se cantan las rogativas.
- Fiestas Patronales de San Miguel Arcángel, del 28 de septiembre al 2 de octubre. Esta tradición que data del siglo XVI y constituye la principal celebración de Tejeda se celebra durante cinco días. La localidad se viste con sus mejores galas para hacer honor al Patrón del pueblo, San Miguel. Se realizan una gran cantidad de actividades: bailes, charanga, misa, procesión, vaquillas, actividades culturales, juegos populares… Las carne de las vaquillas se prepara en la Cooperativa, que después vecinos y forasteros comen en perfecta unión. Una ocasión única para disfrutar de este hermoso pueblo en su ambiente más festivo. Una tradición que merece ser destacada es la “Quema del Satanás”, un muñeco de paja revestido con ropajes alusivos al demonio que arde en una de las noches de fiesta, envuelto en tracas y petardos.
- Inmaculada Concepción, 8 de diciembre. Patrona de Valdeíñigos, pedanía perteneciente a Tejeda.
Leyendas
- Sobre el hallazgo de la talla de la Virgen de Nuestra Señora de la Torre: se dice que un toro pastaba en lo que hoy es la dehesa de Paniagua, y solía alejarse diariamente de la vacada siguiendo siempre una misma y extraña dirección. Tal proceder acabaría llamando la atención del vaquero, quien se decidió a seguir los pasos del animal. Su sorpresa fue mayúscula cuando comprobó que el toro permanecía reclinado ante la talla de una Virgen que la bestia había desenterrado al escarbar junto al tronco de un árbol.Otra leyenda, menos extendida, narra que fue encontrada por un labriego mientras araba con la yunta de bueyes. Pero lo más fácil es que fuera enterrada cuando la invasión de los musulmanes, para evitar que fuera profanada por los sarracenos, así han aparecido la Virgen del Puerto, la de Guadalupe y la de Fuente Santa en Zorita, y que ha sido el origen de la leyenda de su aparición.
Fuentes:
1. Wikipedia
2. Página web del Instituto Nacional de Estadística.
3. Página web del Ayuntamiento de Tejeda de Tiétar.
4. www.nuevoportal.com