Jarandilla

Jarandilla de la Vera

Jarandilla

Jarandilla de la Vera

Jarandilla

Jarandilla de la Vera

termino-municipal-jarandilla

 40º07’37» N 5º39’30» O
  585 msnm
  61,51 km²

Nombre tradicional: Jarandilla
Topónimo extremeño: Harandilla de la Vera
Gentilicio: Jarandillano, -a
Código postal: 10450

Localización

E

n la ladera de la sierra de Gredos, en un lugar privilegiado como es el centro de la comarca de La Vera. El agua constituye una parte fundamental del paisaje. Jarandilla está rodeada por dos de las gargantas más importantes de la zona (Jaranda y Jarandilleja).

En las fértiles vegas del Tiétar se producen la mayoría de las riquezas de sus habitantes: el tabaco (85% de la producción nacional), el espárrago y el pimiento, del que se elabora el famoso pimentón de La Vera (Denominación de Origen). Todo ello sin olvidar la gran cantidad de árboles frutales que adornan los huertos que rodean el municipio: cerezos, manzanos, perales, higueras, bosques frondosos de robles, castaños, encinas, que se combinan con matorrales de tomillos, brezos y jaras, proporcionando un aroma intenso y característico.

Tiene una garganta principal, la garganta Jaranda, que nace en la sierra del mismo nombre, ambas situadas en el término de Guijo de Santa Bárbara, a una altura aproximada de 1900 m y próximas a la portilla de Jaranda. Recibe como afluentes a varias gargantas más pequeñas durante todo su curso, como el arroyo del Horco o la garganta del Bierzo.

Limita al Norte con el Guijo de Santa Bárbara, al Este con Losar de la Vera y Robledillo de la Vera, al Oeste con Aldeanueva de la Vera, al Suroeste con Cuacos de Yuste, al Sur con el río Tiétar y al Sureste con Talayuela.

 Cómo llegar

  • Desde Madrid o Badajoz, por la A5 hasta Navalmoral de la Mata y allí Ctra. de Jarandilla de la Vera.
  • Desde Cáceres y Salamanca, por la N-630 hasta Plasencia y desde allí por la EX-203.

Clima

D

ada la gran diferencia de altura que existe en el término municipal, que va desde los 300 m hasta los 2400 m, es lógico pensar que el clima en esta localidad y en la comarca no sea uniforme, diferenciándose mucho tanto en temperatura como en cantidad de agua a medida que subimos de altitud.

En este microclima podemos diferenciar tres variedades climatológicas:

1. Las tierras comprendidas en la ribera del Tiétar con una altitud inferior a 400 m, que gozan de un clima mediterráneo continentalizado, con temperaturas que oscilan entre menos 0 ºC en invierno hasta más de 40 ºC en verano y con una pluviosidad de 500 a 800 mm.

2. La zona media en la que se encuentra el municipio de Jarandilla entre los 400 a 800 m, donde se alcanzan en verano unas temperaturas máximas de 35 ºC y en invierno rara vez se llega a temperaturas negativas. Teniendo dos estaciones muy lluviosas, otoño y primavera, llegándose a recoger cantidades superiores a los 1000 mm al año, produciéndose frecuentemente estas precipitaciones por convección, ya que las masa de aire al chocar con las montañas en su ascensión se enfrían y se produce la lluvia.

3. A partir de aquí, en el tercer escalón desde los 800 m en adelante, las temperaturas tanto veraniegas como invernales, experimentan bruscos descensos, convirtiéndose generalmente en agua de nieve, por lo que no es raro ver las cumbres cubiertas de un manto blanco.

Hidrografía

J

arandilla tiene una garganta principal que nace en la sierra del mismo nombre, Jaranda, situadas ambas en el término de Guijo de Santa Bárbara a una altura aproximada de 1900 msnm y próxima a la portilla de Jaranda a 2200 msnm, lugar donde nace esta garganta.

Recibe como afluentes por la derecha: el arroyo del Horco a más de 1900 m, la garganta del Bierzo a unos 1700 m, la garganta de La Cicuta a 1500 m y La Somera a 1100 m, todas en el término del Guijo.

Siguiendo la margen izquierda del curso de la de Jaranda están la garganta del Hocino a 1500 m de altura y la de Campanario con una hoz muy profunda y grandes peñascales.

Teniendo en cuenta la cantidad de agua que discurre por las gargantas, el deshielo en primavera y las aguas subterráneas, podemos asegurar que en la localidad hay multitud de fuentes, algunas ya desaparecidas y otras que se conservan.

Entre las fuentes que podemos enumerar están la de La Cebada, la fuente del Llano, la fuente Flores, la del Arrabal de Flores, esta última en el barrio judío cuya calle la llaman La Moraleja, fuente de La Cabrilla y la del Corral de la Cilla; todas ellas fuentes históricas.

También había dos fuentes que hoy han desaparecido y que eran históricas tales como la de La Puchera y la de la calle Machín que llevaba su mismo nombre, así como la de La Cagailla situada en la calleja del mismo nombre, la fuente Ventura que se encontraba en la carretera de Losar, y otras muchas que actualmente se tratan de recuperar.

Todo este torrente de gargantas y manantiales (entre los que también podemos citar el pantano de las Veguillas y el de La Maricana), no solo del término de Jarandilla sino de toda la comarca de La Vera, riegan los campos, llenan de verdor los prados y dan riqueza a las tierras.

Historia

E

n cuanto a la toponimia de Jarandilla de la Vera, Nieto Ballester se inclina por explicar este nombre de lugar vinculándolo con la serie toponímica del tipo Granda (Asturias), Grandón (Asturias), asociada a un conjunto de voces vivas en el cuadrante noroccidental de la Península: asturiano granda, “rasa abierta, terreno pedregoso como de aluvión”, gallego-portugués gándara. Esta última voz, aunque Nieto la describe como “lugar montuoso, pendiente”, parece sin embargo tener en Portugal el valor de “lugar pedregoso, arenoso o infértil”, acepción dominante en gran parte del actual dominio de vigencia de esta familia léxica. Gandarela en Alvarenga (Arouca) (Portugal) es interpretada como diminutivo de gândara “extensão de terra mais ou menos plana e pedregosa”. La procedencia de este grupo es prerromana, con correspondencias en los Alpes.

Estos autores consideran asimismo un doblete de este mismo topónimo, el paraje llamado Jarandilla en el pueblo salmantino de Calzada de Valdunciel. Nieto explica la evolución desde granda hasta jaranda por influjo del bilingüismo árabe-romance propio de zonas de reconquista. La anaptixis de una –a, para desligar el grupo –gr, es recurso común en contexto mozárabe o aljamiado. Análoga intercalación (sin alterar el consonantismo inicial) se observa en los topns. La Garandilla, barrio de Valdesamario (León) y Valgaranda, topn. menor en Villacorta (León).

Los orígenes de Jarandilla son todavía hoy inciertos: ha sido desde los tiempos más remotos encrucijada de civilizaciones diversas. Existen restos de asentamientos celtíberos como los de la cueva de Capichuelas en Jarandilla, o en la cueva de Ramos en Villanueva. Primitivos alfares y castros celtas, uno bajo la actual iglesia parroquial, que fue fortaleza de la Orden de los Templarios, y otro donde fue edificado el actual castillo. Algunos autores dan como segura la presencia de pueblos fenicios cerca de un milenio antes de nuestra era, e incluso una fundación griega, aunque sin documentar en la actualidad. En la época prerromana, Jarandilla, como toda La Vera, perteneció a la Lusitania (Vetonia).

En época romana se llamó Municipium Flavium Vivertorum, (Municipio de las Fuentes Vivificantes). Construyeron un templo en honor de Minerva donde en la actualidad se alza la ermita de Nuestra Señora de la Berracosa, en el camino de Losar de la Vera, así como una calzada, sepulcros, lápidas funerarias y el puente sobre la garganta de Jaranda.

A pesar de que los visigodos no dejaron huellas importantes en su permanencia por la alta Extremadura, su influencia más destacada en Jarandilla es una pila bautismal con la cruz gamada o esvástica que se encuentra en la iglesia de Santa Mª de la Torre.

Los árabes le dieron el nombre de Xarandiella, “villa de prados verdes”, que terminó cambiando en Jarandilla.

Reconquistada por los caballeros templarios, el rey Alfonso VIII la entrego a la Orden del Temple y bajo su administración se convirtió en uno de los enclaves más importantes de Plasencia. Edificaron la iglesia fortaleza de Santa María de la Torre y de esa época data su judería de La Moraleja. La villa de Jarandilla de la Vera perteneció a la ciudad de Plasencia durante casi toda la Baja Edad Media. Su historia es igual a la de Plasencia; su origen es musulmán y durante el reinado de Alfonso VIII se volvió a fundar.

Al ser disuelta la Orden del Temple en 1312 por el papa Clemente V, la aldea de Jarandilla y el castillo, dentro de la jurisdicción de Plasencia, revirtieron a la corona, reinando Fernando IV el Emplazado. El 6 de junio de 1369, don García Álvarez de Toledo, maestre de la Orden de Santiago, recibe del rey Enrique II los señoríos de Jarandilla y Tornavacas, a cambio de su renuncia a dicho maestrazgo en favor de Gonzalo Mexía. El señorío de Jarandilla estará siempre vinculado a miembros de esa familia, quedando finalmente adscrito al condado de Oropesa, formando parte del mayorazgo creado con los territorios al sur del Sistema Central.

En 1447 D. Fernando Álvarez de Toledo, II conde de Oropesa, sin contar con licencias ni permisos del Concejo de Plasencia, ordenó construir un importante castillo dominando las gargantas de Jaranda y Jarandilleja, valiéndose de su matrimonio con doña Leonor de Zúñiga, hija de don Pedro de Zúñiga, conde de Ledesma y de Plasencia y Justicia Mayor de la ciudad. La construcción dio lugar a protestas de los regidores de Plasencia que no fueron atendidas. Este castillo, desde donde se domina toda la villa, serviría de albergue al emperador Carlos I de España mientras le acondicionaban el monasterio de Yuste.

Los Reyes Católicos concedieron a los Álvarez de Toledo el título de marqueses de Coria y condes de Granadilla, con facultad para titularse duques de cualquiera de sus señoríos, lo que hicieron sobre el Alba de Tormes en Salamanca.

El VII señor de Jarandilla y IV conde de Oropesa, don Fernando Álvarez de Toledo y Figueroa, alojó en su castillo-palacio al Emperador Carlos, y junto a él desempeñó un importarte papel. La estancia en Jarandilla del emperador Carlos V en el castillo de los condes de Oropesa, actual Parador de Turismo, desde el 12 de noviembre de 1556 hasta el 3 de febrero de 1557, es el episodio más trascendental en los anales de la historia de Jarandilla.

Don Fernando era conde de Oropesa, señor de Jarandilla, de Cabañas del Castillo, de Tornavacas y de Horcajo de los Montes; casó con doña Beatriz de Monroy y Ayala, condesa de Deleitosa, señora de Belvís y de Almaraz y de otros señoríos. Fue en estos tiempos cuando el Emperador Carlos entró en Extremadura, por el puerto de Castilla, para descansar en Tornavacas. Recibieron a Carlos V el marqués de Miravel y el señor de Jarandilla, que le ofrecieron como residencia sus palacios de Plasencia, pero Carlos prefirió fijar su provisional morada en el castillo de Jarandilla, mientras se ultimaban las obras de adaptación de su residencia de Yuste que, según sus órdenes, se terminaba adosada al monasterio jerónimo. Desde el castillo de Jarandilla, cercano a Yuste, podría seguir Carlos V mucho mejor y más de cerca la finalización de las obras de su palacio. El largo y duro viaje desde Tornavacas hasta Jarandilla lo realizó el emperador con su comitiva por un puerto de montaña, muy dificultoso y abrupto. Siendo llevado a hombros por los serranos lugareños, se le llama ya desde entonces el “puerto del Emperador”. Desde finales de 1556 hasta la muerte de don Carlos, el 21 de septiembre de 1558, esta parte de la comarca verata se convirtió en el centro del mundo, al que acudían las más insignes personalidades de la época. En la hora de su muerte rodeaban a Carlos V, aparte de su confesor fray Juan de Regla y varios monjes de Yuste, el señor de Jarandilla con algunos de sus familiares y el arzobispo de Toledo, fray Bartolomé de Carranza.

El 8 de marzo de 1599, el rey Felipe III otorga a don Fernando Álvarez de Toledo, primogénito de los condes de Oropesa, el titulo de marqués de Jarandilla.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en Partido Judicial de Jarandilla. En el censo de 1842 contaba con 400 hogares y 2191 vecinos.

En la actualidad es Ayuntamiento de la Provincia de Cáceres, Partido de Navalmoral de la Mata y de la Audiencia Territorial de Cáceres, en lo eclesiástico la parroquia de Santa María de la Torre, del Arciprestazgo de Jarandilla de la Vera, Diócesis de Plasencia y Archidiócesis de Mérida-Badajoz.

Personajes ilustres

  • Gaspar de Loaysa, nacido en esta villa según consta en el testamento que se conserva en las Capellanías de Jarandilla. Su padre era Hernán Sánchez Loaysa de Bonilla y su madre Juana Sánchez la Dezmera. Su salida de la casa paterna se produjo durante la juventud y soltero, embarcándose como muchos otros camino de las Indias, a la búsqueda de mejor fortuna. Durante su viaje y después de múltiples peripecias y aventuras, consiguió llegar a la población de Anserma, que se encuentra en la gobernación de Pompayán. En la zona de Colombia donde estuvo Gaspar de Loaysa se encuentra la ciudad de Sopetrán y en ella puede verse un santuario dedicado a la Virgen. Fue valedor de este conquistador don Francisco de Toledo, Virrey de Perú, que posiblemente le llevó consigo a América y don Fernando Álvarez de Toledo, conde de Oropesa y señor de Jarandilla. Muere este personaje peculiar el 4 de abril de 1575, siendo estas noticias las primeras que se recibieron desde su partida, a pesar de los numerosos oficios que sus padres hicieron por conocer algo de él, abriéndose inmediatamente su testamento donde se habla de sus minas de oro, de los acreedores y deudores, de su encomienda, de sus fincas a la orilla del río Cauca, junto al volcán Ruiz, de sus casas, de sus noventa esclavos negros, de su ganado… legando parte de sus bienes a la iglesia y ermitas de Jarandilla, así como a los indios del valle de Cupia y numerosas limosnas para el sustento de huérfanos y necesitados.
    Se ha puesto el nombre de Conquistador de Loaysa al Colegio Público de Jarandilla.
  • Soledad Vega Ortiz: natural de Jarandilla, de origen humilde se casó por primera vez con el entonces telegrafista de Jarandilla y al morir éste, se casó con el cantinero del Palacio Real, Manuel García Gutiérrez, con el cual vivió en Madrid principalmente, hasta la muerte de éste acaecida en Baños de Montemayor en 1911, quedando como heredera de todos sus bienes. El pueblo llano conocía a esta mujer como “la Jesusa». Mandó redactar dos testamentos ente el entonces notario D. Luis Sierra Bermejo, estableciendo que sus restos fuesen enterrados en el monasterio de San Agustín de Jarandilla de la Vera, dando orden de que se cree una fundación la cual debe ser presidida por el obispo de Coria y de cuyo patronato formarán parte la Parroquia, el Ayuntamiento, el Juzgado de Primera Instancia y tres patronos, donando sus bienes a esta fundación que debe ser de carácter benéfico y docente. Murió el día 22 de febrero de 1948 en Madrid, encontrándose sus restos mortales junto a los de su esposo, en el mausoleo de la iglesia de San Agustín.
  • También son de mención otros hijos Ilustres de Jarandilla, como: Juan Arias, Juan Alcedo de la Rocha, Pedro García Panes, Joaquín Encabo Sopetrán, Dionisio Rodríguez Burcio, Antonio Soria de la Calle.

Monumentos y lugares de interés

 Iglesias y ermitas

  • Iglesia Fortaleza de Santa María de la Torre: una de las más peculiares de la comarca, mitad iglesia, mitad fortaleza, situada en la plaza de España, donde también se encuentra el Ayuntamiento. Construida sobre un castro celta, de sus antiguos vestigios data un berraco que se encuentra en un muro de la torre.Según Gervasio Velo, Alfonso VIII entregó Jarandilla a la Orden del Temple, que construyó en el siglo XII una fuerte torre circular que fue posteriormente reconvertida, en el siglo XIII, en el ábside de la iglesia de Nuestra Señora de la Torre, siendo la parte añadida de mucho menos valor, tanto histórico como arquitectónico. La torre campanario, originariamente, debió ser la del homenaje de la fortaleza de los caballeros templarios. La fortaleza se acondicionó en el siglo XV como templo.La torre parroquial y los gruesos muros existentes al sur y suroeste del templo, debieron pertenecer a las murallas del recinto de una construcción militar del siglo XIII. La cabecera del templo en forma de cubo de muralla, parece un poco posterior y debió añadirse cuando la fortaleza fue transformada por los señores del lugar. El grueso de la obra corresponde al estilo gótico del siglo XV.Al interior presenta una nave dividida en cinco tramos de seis arcos fajones que soportan la cubierta constituida por bóveda de cañón con lunetas; fue modificada a mediados del siglo XX. La cabecera es pronunciada está rematada con un ábside semicilíndrico, aunque en el interior es poligonal, decorado con dos grandes ventanas geminadas de arcos lobulados de influencia árabe y bóveda de crucería.

    La capilla mayor es de bóveda de crucería cuatripartita con ocho ménsulas, con imaginería de figuras humanas de origen azteca. Terminan las nervaduras en un escudo de los «Álvarez de Toledo» y otro posiblemente de un obispo.

    El retablo mayor renacentista con tendencia barroca, es de la segunda mitad del siglo XVII, albergando en la hornacina central una buena talla barroca de la Inmaculada del siglo XVIII, en madera policromada y apoyada en una peana de nubes y tres querubines. En el ático un óleo pintado en 1957, donde se reproduce la Trinidad de Ribera. Más destacado es el crucificado de marfil filipino, del siglo XVI, que se halla encima del sagrario.

    En el lado del evangelio se abre la capilla de gusto renacentista de don Gaspar de Loaysa, del siglo XVI. A la izquierda, según se entra, se encuentra la tumba del capitán de la Indias Gaspar de Loaysa, fechada en 1599 la lápida con inscripciones en latín, que representa al conquistador esculpido con una armadura y en el arranque de la bóveda se encuentran ocho ídolos aztecas.

    En el baptisterio se encuentra una pila bautismal visigoda con una cruz gamada o esvástica, probablemente de la época de Carlos V.

    Al exterior, con dos interesantes puertas de acceso, una situada al lado del evangelio y la otra al lado de la epístola. Las dos son iguales con un marco apuntado enmarcado con un alfil. La torre es testimonio de una primitiva fortificación y fue aprovechada como campanario al construirse la iglesia. Este carácter defensivo queda de manifiesto al rematarse los muros del templo con almenas.

  • Ermita de Nuestra Señora del Sopetrán, situada en la plaza que lleva su nombre, de estilo barroco, levantada en el año 1793, en mampostería revocada y reforzada en las esquinas con sillería.Al interior presenta planta de cruz latina cubierto mediante cúpula sobre pechinas decorado con frescos de la coronación de la Virgen y la Santísima Trinidad, del pintor Ramón Fernández y pórtico de acceso a los pies.En la cabecera se sitúa el retablo mayor, del siglo XVIII, de estilo barroco de cascarón, situado sobre un banco de piedra berroqueña, cuerpo y ático que se amolda a la forma de concha del ábside. Tiene cinco calles con tres hornacinas abiertas con arcos de medio punto. En la decoración hay varias cabezas de querubines y algunos de cuerpo entero. La hornacina principal contiene la imagen de Nuestra Señora del Sopetrán, Patrona de Jarandilla, talla de estilo barroco del siglo XVIII, a la que se accede por un camarín.En la nave de la epístola hay una escultura de madera policromada de Santa Rita que data del siglo XVIII.

    Al exterior en el costado de la epístola, o derecho, se sitúa una pequeña espadaña con campanil. La portada de la entrada se abre en un arco de medio punto a un pórtico abierto a otras dos arcadas de medio punto en los laterales, soportando una bóveda de cañón con lunetas y el tejado a dos aguas. En el frontispicio hay un cuadro de azulejos talaveranos de estilo rococó del año 1739 que representa la Aparición de la Virgen. A la derecha según se entra hay una lápida de mármol que conmemora la visita de Alfonso XIII en el año 1927.

    En relación al culto y voto de la Virgen de Sopetrán existen varias versiones: según la tradición, el culto a esta Virgen procede de Castilla y tiene su fundamento en la conversión milagrosa del moro Alimón (que, ya cristiano, tomó el nombre de Petram) y la liberación de unos cautivos. Muchos años después, el culto llegó a Almoharín y, ya en el siglo XIV, a Jarandilla.

    El primitivo santuario de Sopetrán fue levantado en el año 611, sería fundado por el rey Gundemaro, terminado por Chindasvinto y que vendría finalmente a ser destruido por los árabes poco después de su entrada en la Península, en el 728. En un segundo intento, sería edificado nuevamente por los mozárabes de la Alcarria, con el apoyo de San Eulogio, en el 847, viniendo a poblarlo en esa ocasión algunos monjes del convento agaliense de las cercanías de Toledo. Destruido luego por el rey moro Adafer, sería la tercera fundación atribuida a un príncipe islamita toledano, concretamente Haly Maimón, hijo del rey Almamún, quien en el año 1055 fue protagonista de un portentoso milagro que supuso acentuar el valor cristiano-mozárabe del lugar. Así lo cuentan los antiguos cronistas: “regresando este príncipe a la ciudad del Tajo, arrastrando enorme cantidad de prisioneros cristianos hechos en alguna correría por la frontera del Duero, al llegar al valle de Solanillos, rompiéronse las cadenas de los cristianos, huyendo temerosos los árabes, y cayó postrado el príncipe ante la Virgen María, que llena de piedad y gracia, descendió del Cielo en cuerpo y alma, acompañada de innumerables ángeles y vírgenes gloriosas, cercada toda de una luz tan grande y resplandor, que hacía ventajas a las luces y resplandores del Sol. Quedó María sobre una higuera, y desde allí habló al moro, catequizándole con rapidez, consiguiendo de él que, después de un viaje a Roma, volviera a Sopetrán y allí esperara la muerte, que tardó aún quince años en llegar, haciendo el bien entre los cristianos mozárabes de Hita, que a su vez le ayudaban y querían”.

    Muy cerca de cuatro siglos se cumplió, año tras año, este sagrado voto, hasta que, creciendo constantemente el amor y la devoción a la Virgen por sus continuos prodigios, en el año 1793 el pueblo de Jarandilla edificó en su honor una ermita, colocando en ella una hermosa imagen de María de Sopetrán, a quien honra, bendice y ama como Madre, Reina y Patrona.

    Como testimonio de perdurable gratitud y devoción de Jarandilla a su Patrona la Virgen de Sopetrán, se incluye en el escudo la expresión gráfica de aquel voto de la villa, cumplido puntualmente durante cuatrocientos años, por el que se llevaban al monasterio de Sopetrán, en Torre del Burgo (Guadalajara), distante más de cincuenta leguas, a lomos de una mula, dos arrobas de cera en acción de gracias por la milagrosa intervención de la Virgen, que, según la tradición, libró a sus campos de una plaga de langosta y oruga. Este importante hito de la historia se representa con una mula llevando a lomos dos cirios y acompañada de los dos hombres que representaban a la villa.

  • Ermita del Sto. Cristo del Humilladero. Se encuentra en el antiguo camino de Jarandilla al Losar en la salida hacia Navalmoral de la Mata. Fue mandada construir por D. Juan Arias en el año 1591 y levantado en mampostería y sillería.El edificio es de planta cuadrangular con el ábside y la sacristía saliente en la cabecera en su interior se hallan las imágenes del Cristo de la Caridad del siglo XVI, un Nazareno y un Cristo atado a una columna del siglo XVIII, así como un cuadro de azulejos talaveranos que representa una Virgen del Rosario con el niño en brazos del siglo XVII.Al exterior presenta una pequeña espadaña con campanil y dos pórticos laterales con techumbre de madera y teja árabe, que se apoyan sobre columnas monolíticas de capitel toscano.
  • Ermita de Nuestra Señora del Cincho: antiguamente llamada “del Escorial” por lo restos de escorias existentes en el centro en el que se hallaba.
  • Monasterio de San Francisco, del siglo XV. Este convento se encontraba construido sobre una antigua ermita en el camino de Jarandilla a Guijo; aunque actualmente está en ruinas, se puede apreciar su antigua estructura.
  • Iglesia de San Agustín: de estilo renacentista, hoy dedicada a la enseñanza. Esta iglesia albergó un monasterio de agustinos recoletos y un colegio; la fundación de este colegio data del siglo XVI. Hay un documento que dice que la primera misa fue el 3 de febrero de 1603. Su patrón fundador fue Juan Arias quien se encuentra enterrado bajo el altar mayor de la iglesia de San Agustín. Del antiguo monasterio de San Agustín sólo se conserva la iglesia con puertas de hierro forjado en la sacristía y un púlpito siglo XVIII con imágenes de santos.

 

 Otros monumentos

  • Castillo de los Condes de Oropesa. Erigido en 1447 por Fernando Álvarez de Toledo, II conde de Oropesa. Construido en mampostería y sillería, a lo largo de su historia ha sufrido numerosas modificaciones, sirvió de residencia al emperador Carlos V mientras concluían las obras de adaptación del monasterio de Yuste para su retiro.Este castillo de Jarandilla, como el de Valverde de la Vera, al estar ambos situados en el somonte de Gredos, que es una auténtica muralla defensiva, no cumplieron nunca misiones bélicas trascendentales. Sirvieron de excelentes fortalezas de flanqueo y para fraccionar a las fuerzas atacantes. Por supuesto no cumplen con las distancias normales de jornada, ni entre sí ni con los de la línea del Tajo, pero sí jugaron un importante papel militar.El castillo de Jarandilla ha tenido la suerte, y la desgracia, de haber sido dedicado a parador de turismo. De él dice el especialista E. Cooper: “Le falta a este castillo todo su aspecto defensivo: un patio espacioso con dos pabellones en un extremo está más o menos rodeado por un recinto exterior irregular, con unas pocas y raquíticas troneras”. Añade Cooper sobre la transformación en parador: “Al arquitecto le pareció además necesario aumentar la altura de todas las torres del recinto interior sin justificación estética o arquitectónica alguna”.El castillo se construyó con tres recintos cuadrangulares, fabricados con mampostería y sillería. El primer recinto es el mas exterior y formaba la primera barrera defensiva. Interior a este existía un segundo recinto murado con defensas mas potentes, que estaba flanqueado con cubos y torrecillas redondas en los lienzos y esquinas, como todavía puede verse en el flanco de la parte trasera y, sobre todo, en lo que debió ser la puerta principal de esta barrera, que también se conserva abierta entre dos cubos cilíndricos flanqueantes que aún mantienen importantes recursos defensivos, como las troneras, almenas y adarves que recorren la parte superior y, sobre todo, los restos de un foso que permite suponer que originariamente contaba con un puente levadizo, existiendo ahora otro fijo, de obra. En la puerta de la entrada se conserva un escudo con el águila bicéfala del emperador Carlos V.

    La tercera barrera la forma el propio castillo que dibuja una planta de forma rectangular muy simétrica, cuenta con cuatro torres, cilíndricas en dos de sus esquinas y prismáticas, de mayor volumen, en las otras dos, todo recorrido en lo alto por una sucesión de canecillos a modo de cornisa, donde pudo sustentarse un posible almenaje en voladizo, así como un patio de armas de dos alturas con barandilla, una galería gótica de los últimos años del siglo XV y ventanales de piedra labrada. En este patio se encuentran nueve escudos pertenecientes a los Álvarez de Toledo, de la familia Figueroa, de los obispos y otros nobles ilustres, traídos posteriormente al castillo procedentes de casas señoriales del pueblo.

    El flanco norte, entre las dos torres prismáticas, está ocupado por las dependencias más importantes, incluso con un atractivo corredor porticado de dos pisos, todo de estilo gótico, con una estructura especialmente atrevida en el piso alto donde además de un pretil de tracería calada, cuenta con arcos carpaneles muy planos. En los otros lados también se adosan otros edificios de servicio, aunque aquí las transformaciones han sido mayores. En el sur tiene una galería gótica y ventanales de piedra labrada.

    La torre del homenaje se eleva por encima del resto del edificio. En ella se abren una serie de ventanas que son de reciente construcción, sin embargo, aparecen pocos vanos que den al exterior del edificio. Toda la estructura está rematada en una cornisa amatacanada. La torre del homenaje carece de almenas, nota significativa de este tipo de construcciones defensivas.

    Fue prácticamente destruido durante la Guerra de la Independencia, hacia el año 1808, tras ser saqueado por los franceses, y tras varias reformas, fue adaptado como Parador Nacional de Turismo en 1966.

  • Picota de la Villa de Jarandilla del siglo XVI. Símbolo del poder feudal y de la independencia jurisdiccional, se sitúa junto a la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, Patrona de la villa. Realizado en sillería sobre un pedestal de tres escalones, esta compuesto por dos cuerpos, el primero liso con cuatro canecillos en la parte superior, el segundo con cuatro escudos y rematado por un airoso pináculo artísticamente labrado.Descrita por Mélida en el Catálogo Monumental de la Provincia de Cáceres. Los cuatro blasones que lleva en su remate están totalmente desgastados, pero en el informe del párroco en su informe a Tomás López, hecho el año 1786, dice: “…En el Rollo que está a la salida de esta villa a el O. junto a la Hermita de Sopetrán se hallan quatro escudos el uno con quinze quadros == otro con dos calderas o hollas de campaña == otro con dos leones coronados y dos águilas con espada en mano y el quarto con cinco hojas de higuera”.
  • Casa de D. Luis Quijada, preceptor de D. Juan de Austria durante su niñez. Hay multitud de escudos heráldicos en portadas, sobre todo en la parte baja.
  • Puente del Parral, a las afueras de la localidad, medieval que conserva los trazos de la construcción romana sobre la que se edificó, y en cuya construcción se emplearon los sillares de un mausoleo también romano que se encontraba en las proximidades. De gran altura y perfil de lomo de asno. En verano es perfecto para darse un baño refrescante ya que, las aguas de las gargantas de Jarandilla son muy frías. Alberga bajo sí, el paso de la garganta Jaranda.
  • Puente Jaranda: medieval, utilizado por los monjes de monasterio de Yuste para acceder a una de las fincas.
  • Puente de Palo: cercano al antiguo monasterio de San Francisco (hoy en ruinas) y al charco natural de gran belleza llamado “Los Frailes”.

 

 Lugares de interés

  • Fuentes: siempre han tenido una presencia importante en los lugares donde estaban ubicadas. En el casco urbano de Jarandilla de la Vera se encuentran entre otras: la fuente de la plaza de la Constitución, la fuente de la plaza Nueva, el Pilón del Altozano, la fuente de la Iglesia, la fuente del Sopetrán, la fuente de la Encina, la fuente del Llano, la fuente de la plaza de la Soledad y en los alrededores del pueblo está la fuente de la carretera del Losar, la fuente del parque de la Qué, la fuente del Puente Romano y la fuente de la carretera del Guijo.Era habitual en estos espacios de las fuentes públicas, ver a las «mozas» con los botijos en la mano o con los cántaros en la cadera, graciosamente inclinados.
  • Parque La Aliseda (Parque Municipal Infantas Elena y Cristina): accesos por Av. Ruiz Jiménez y por Av. Soledad Vega Ortiz. Desde el parque se puede pasear por el estanque.
  • Calles: bellísimas calles con su empedrado y su magnífica arquitectura popular. Un sabor que se siente en cada fachada, en cada esquina, en espacios de siglo ganados al tiempo y en la serena expresión de los ojos de sus gentes. Calle Machín, Ancha, Altozano, Tablao, Moraleja, Vínculo, Marina…
  • Casas Típicas: situadas en el Casco Antiguo, casas con balconadas y fachadas de argamasa, adobe y cal.En los alrededores del pueblo hay numerosas ruinas, como el convento de San Francisco, al Norte. Las ruinas de la Berrocosa, la Santa Lucía, junto a la garganta y la ermita de San Clemente.

Cultura

 Heráldica

El escudo y bandera municipales de Jarandilla de la Vera fueron aprobados por el Ayuntamiento con fecha 2 de julio de 1998. La descripción heráldica del escudo es la siguiente:

Escudo medio partido y cortado. Primero, jaquelado de quince escaques, puestos en tres palos de a cinco, ocho de azur y siete de plata. Segundo, de plata, una cruz latina paté, de gules. Tercero, de sinople, una mula pasante, en su color, que lleva a lomos, dos cirios, de oro; siniestrada de dos hombres, en su color natural. Al timbre, Corona Real cerrada. El escudo irá orlado de collar del Toisón de oro y sostenido de un águila bicéfala, exployada, de sable, picada y membrada de gules.

Y de esta otra manera se describe la bandera municipal:

Bandera rectangular, de proporciones 2/3, media partida y cortada. Primer cuartel junto al asta, jaquelado de quince piezas de azul y blanco. Segundo cuartel, al batiente, paño blanco, cargado con una cruz latina de gules. En la mitad inferior, de verde, una mula pasante, que lleva en sus lomos dos cirios, de oro, siniestrada de dos hombres.

   Fiestas

  • Ruta del Emperador Carlos V. Fiesta de Interés Turístico en el mes de febrero.
  • Carnavales de Jarandilla. Gran auge han adquirido en los últimos años los Carnavales de Jarandilla. Se constituyen mas de 30 peñas que desfilan con comparsas y carrozas el Domingo de Carnaval por las principales calles del pueblo, desplazándose vecinos de localidades próximas para ver esta mezcla de diversión y colorido. El Martes de Carnaval las peñas recorren las calles pidiendo «chorizos y huevos» para celebrar la merienda en los alrededores del pueblo. El miércoles se festeja «el Entierro de la Sardina», finalizando en la Plaza con una sardinada regada con un buen vino de pitarra que se obsequia a los asistentes.
  • Feria de la Artesanía: todos los años, coincidiendo con la Semana Santa, se celebra en Jarandilla de la Vera la Feria de Artesanía, Alimentación y Gastronomía de La Vera; organizado por Ediciones la Vera y patrocinado por el Ayuntamiento de Jarandilla.
  • La Quema del Judas: el Domingo de Resurrección. En la Plaza de Jarandilla, se coloca una soga que la cruza desde un balcón a otro, y donde se ata un muñeco que representa a Judas. El muñeco está hecho de trapos y paja, y es quemado con fuego y con petardos.
  • San Juan. 23 y 24 de julio. Ya no se celebra.
  • Nuestra Señora del Sopetrán (ó La Feria). Jueves anterior a la fiesta de la Ascensión (primer jueves de primavera con luna llena). El día anterior se celebra la «petición de roscas». Es una fiesta de carácter religioso en la que los niños del pueblo toman la comunión y donde se acompaña a la Virgen de Sopetrán, Patrona de la villa, con una antiquísima coreografía llevada a cabo por un grupo de danzantes, ataviados con unos trajes blancos de los que cuelgan cintas de colores.
  • Cristo de la Caridad: 14 de septiembre. Durante tres días, en la Plaza del pueblo, tienen lugar los encierros y capeas «al estilo de La Vera”.
  • Los Escobazos: se celebra el 7 y 8 de diciembre. Declarada de Interés Turístico Regional. El origen de la fiesta es incierto: algunas crónicas lo sitúan en el siglo VII, aunque se puede asociar a los Autos de Fe o a la de los pastores que bajaban de la sierra para celebrar la fiesta tras largos periodos de ausencia. Su camino se realizaba de noche, por cuya razón usaban de antorchas los escobones que sacaban de las escoberas. Se acompaña a la procesión llevando haces de escobones envueltos en llamas y al paso de las plazas se encienden numerosas hogueras. Desde el siglo XVI se conservan escritos que notifican el deseo de hacer una imagen de la Virgen, y que ésta fue encargada y pagada por el jarandillano Gaspar de Loaysa a su vuelta de América. Ya en el siglo XVIII existía una cofradía bajo la advocación de la Virgen de la Concepción.

Fuentes:
1. Wikipedia
2. Página web del Instituto Nacional de Estadística.
3. Página web del Ayuntamiento de Jarandilla de la Vera.
4. www.nuevoportal.com
5. www.jarandilla.net

Publicidad

Jarandilla en imágenes

Jarandilla de la Vera en las Redes Sociales

Web del Ayuntamiento de Jarandilla de la Vera